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Ángela Capel, matemática: «El ordenador cuántico cambiará el mundo»

«La increíble capacidad de cálculo del ordenador cuántico traerá millones de empleos». Eso vaticina Ángela Capel. Pero antes hay que solucionar un problema: su débil memoria. A mejorarla se dedica esta científica galardonada con el Premio Vicent Caselles, que otorgan la Fundación BBVA y la Real Sociedad Matemática Española.

Por Carlos Manuel Sánchez en colaboración con Fundación BBVA

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El ordenador cuántico nos cambiará la vida de maneras que ni podemos sospechar aún, pero no será de la noche a la mañana», asegura Ángela Capel (Linares, 1991). «A diferencia de otras revoluciones científicas, creará millones de empleos porque creará industrias nuevas. Pero es una tecnología que no estará madura hasta la década de 2040. Los retos son enormes», matiza. «Su capacidad de cálculo es bestial, pero su memoria es tan frágil que apenas puede retener la información», añade esta profesora de la Universidad de Tubinga (Alemania), que está realizando una estancia en el Instituto Perimeter de Física Teórica (Canadá).

 

Un ordenador cuántico actual de 120 cúbits ya supera en potencia a las supercomputadoras clásicas. Pero cualquier interferencia desbarata sus operaciones. «Vamos a tener ordenadores cuánticos de millones de cúbits, pero si no resolvemos antes el problema del ruido no serán de calidad».

Capel ha propuesto nuevas soluciones para probar materiales que preservan la información, lo que le ha valido el galardón de la Fundación BBVA.

«Si trabajas en un problema muy difícil y con un enfoque original, los resultados tardan, mientras que otros que no se complican tanto logran publicar y colocarse. Es muy estresante. Premios como el Vicent Caselles te abren puertas», comenta.

«Las tecnologías actuales se basan en las matemáticas de los últimos siglos. Si consigues las ecuaciones, las aplicaciones acaban llegando. Un ordenador cuántico hará cosas que ahora son imposibles, como calcular billones de combinaciones para crear una nueva molécula. Esto servirá para crear medicamentos y materiales o para afinar los pronósticos del tiempo. Pero también para crear industrias de la nada».

Estados Unidos, Europa y China compiten en la carrera cuántica. «Está bastante igualada… Ahora bien, hay cosas que seguiremos haciendo con ordenadores clásicos. El usuario no tendrá un ordenador cuántico ni un teléfono cuántico porque no le harán falta. Pero investigadores y empresas sí tendrán esa increíble capacidad de cálculo a su disposición». ¿Burlarán las contraseñas actuales? «Ya se está trabajando en protocolos resistentes a ataques cuánticos. Pero no se va a poder proteger todo», advierte.


Las claves de mi investigación

 

1. «Mi ámbito de investigación es la información cuántica: la intersección de física, matemáticas y ciencias de la computación. Resuelvo los problemas que surgen de sistemas microscópicos».
 
2. «La cuántica se basa en el cúbit. El bit clásico es binario, cero o uno; el cúbit aprovecha la superposición cuántica para ser cero y uno a la vez, lo que dispara su capacidad de cálculo».
 
3. «El gran problema de los ordenadores cuánticos es la destrucción de información. Son sistemas muy delicados que deben mantenerse a una temperatura cercana al cero absoluto (–273 ºC)».
 
4. «Diseño fórmulas para ver si un material será un buen candidato para construir una memoria cuántica; o si, por el contrario, no sirve porque la información se destruiría antes de poder salvarla».
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