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Los cometas trajeron la vida a la Tierra, pero no todos sirven

Investigadores establecen un mecanismo, y unos límites, a la capacidad de los cometas para llevar los planetas los ingredientes básicos de la vida

Panspermia interestelar: así podría la vida terrestre haber colonizado planetas alienígenas

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Los cometas pueden ‘sembrar’ los planetas con los ingredientes básicos de la vida. En la ilustración, el cometa Catalina a su paso por el sistema solar interior NASA/SOFIA/LYNETTE COOK
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¿Cómo llegaron a la Tierra los componentes básicos de la vida? La pregunta, una de las mayores de cuantas se plantea la Ciencia, ha tratado de ser respondida de distintas maneras, pero en la actualidad la idea predominante es que esos elementos esenciales llegaron del espacio, transportados por cometas. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge sugiere un mecanismo por el que los cometas, aunque no todos, depositan los mismos ‘bloques de construcción’ en una multitud de planetas de la galaxia.

Según los investigadores, lo primero que se necesita para que el transporte del material orgánico sea efectivo es que los cometas viajen con relativa lentitud, a velocidades inferiores a los 15 kilómetros por segundo. Más deprisa, en efecto, las moléculas prebióticas no sobrevivirían, ya que la velocidad y la temperatura de entrada y los impactos contra los mundos ‘sembrados’ harían que se rompieran.

 

Guisantes en una vaina

¿Cuáles son entonces los lugares en que los cometas pueden viajar más fácilmente a la velocidad adecuada? Para los investigadores, son los sistemas planetarios del tipo ‘guisantes en una vaina’, en los que los planetas orbitan a poca distancia unos de otros. De este modo, y al pasar o ‘rebotar’ de la órbita de un mundo a otro, los cometas se ralentizarían debido a la fuerte gravedad. Después, y ya a la velocidad adecuada, se estrellarían contra la superficie de uno de los planetas del sistema liberando, intactas, las preciosas moléculas precursoras de la vida. En un artículo recién publicado en Proceedings of the Royal Society A, los investigadores sugieren que tales sistemas serían, precisamente, los lugares más prometedores para buscar vida fuera de nuestro Sistema Solar.

Se sabe que los cometas contienen toda una variedad de componentes básicos para la vida, conocidos como moléculas prebióticas. Por ejemplo, las muestras del asteroide Ryugu, analizadas en 2022, mostraron que transportaba aminoácidos y vitamina B3 intactos. Los cometas también contienen grandes cantidades de cianuro de hidrógeno (HCN), otra importante molécula prebiótica. Los fuertes enlaces carbono-nitrógeno del HCN lo hacen más duradero a altas temperaturas, lo que significa que podría incluso sobrevivir a la entrada atmosférica sin perder su integridad.

«Continuamente aprendemos más sobre las atmósferas de los exoplanetas -afirma Richard Anslow, del Instituto de Astronomía de Cambridge y primer autor del artículo- por lo que queríamos ver si hay planetas donde los cometas también podrían transportar moléculas complejas. Es posible que las moléculas que dieron lugar a la vida en la Tierra vinieran de cometas, de modo que lo mismo podría ser cierto también para los planetas de otras partes de la galaxia».

En su artículo, los investigadores no afirman en ningún momento que los cometas sean obligatorios para el origen de la vida en la Tierra o en cualquier otro mundo. Con su trabajo simplemente han querido poner algunos límites a los tipos de planetas en que los cometas podrían transportar con éxito moléculas complejas, como el HCN.

En nuestro Sistema Solar, la mayoría de los cometas están más allá de la órbita de Neptuno, en lo que se conoce como Cinturón de Kuiper. Y desde allí, la gravedad del planeta gigante puede empujarlos hacia el Sol y en el camino eventualmente ser atraídos por la gravedad de Júpiter. Pero algunos de estos cometas sobrepasan Júpiter, atraviesan el cinturón de asteroides y se adentran en el Sistema Solar interior.

«Queríamos probar nuestras teorías en planetas similares al nuestro -dice Anslow- ya que la Tierra es actualmente nuestro único ejemplo de mundo capaz de albergar vida ¿Pero qué tipos de cometas, y viajando a qué velocidad, podrían liberar moléculas prebióticas intactas?»

 

Utilizando distintas técnicas de modelado matemático, los investigadores determinaron que, en efecto, es posible que los cometas liberen las moléculas precursoras de la vida, pero sólo en ciertos escenarios. En el caso de mundos que orbitan una estrella similar a nuestro propio Sol, el planeta debe tener poca masa y estar en una órbita cercana a otros planetas del sistema. De otro modo, la velocidad de los cometas sería demasiado alta.

Rebotes cometarios

En tales sistemas, un cometa podría ser atraído gravitatoriamente por un planeta y luego pasar a otro antes de chocar con alguno de ellos. Si este ‘rebote cometario’ ocurriera las veces suficientes, el cometa frenaría lo necesario para que algunas moléculas prebióticas pudieran sobrevivir a la tórrida entrada en la atmósfera.

«En estos sistemas tan compactos -prosigue Anslow-, cada planeta tiene la posibilidad de interactuar con un cometa y atraparlo. Es posible que este mecanismo sea la forma en que las moléculas prebióticas terminan en los planetas».

Anslow y su equipo creen que los planetas en órbita alrededor de estrellas de menor masa, como las enanas M, lo tendrían mucho más difícil a la hora de entregar moléculas complejas, especialmente si los planetas no están demasiado próximos. En estos sistemas, los mundos rocosos también sufren significativamente más impactos de alta velocidad, lo que potencialmente plantea desafíos insalvables para la vida.

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En su artículo, los investigadores sostienen que sus resultados podrían ser útiles para determinar dónde buscar vida fuera del Sistema Solar. «Resulta emocionante -concluye Anslow- que podamos empezar a identificar el tipo de sistemas más adecuados para probar diferentes escenarios de origen de la vida.

Es una forma diferente de ver el gran trabajo que ya se ha realizado en la Tierra. ¿Qué vías moleculares condujeron a la enorme variedad de vida que vemos a nuestro alrededor? ¿Hay otros planetas donde existan los mismos caminos? Es un momento emocionante, poder combinar avances en astronomía y química para estudiar algunas de las cuestiones más fundamentales de todas».

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