En la era de las redes sociales, plataformas como TikTok se han convertido en espacios de debate para temas que van desde recetas de cocina hasta hábitos cotidianos. Esta vez, una reciente polémica ha surgido en torno a una práctica muy extendida: servir cerveza en jarras congeladas.
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Según expertos cerveceros, esta costumbre, aunque popular, podría estar arruinando una de las bebidas más queridas del mundo. Pero, ¿es eso cierto? ¿Qué riesgos puede suponer para la salud? Veámoslo.
El debate en redes sociales
La cuenta de TikTok del restaurante Las Peñas, situado en Ampuero (Cantabria), ha lanzado una advertencia que rápidamente se ha hecho viral. En uno de sus vídeos, se critica el uso de jarras heladas para servir cerveza, debido a los efectos negativos que tiene esta práctica en las propiedades de la bebida.
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“Ponle hielo. Ah, ¿esto te parece una aberración y congelar el vaso no?”, ironiza la grabación antes de explicar que el vaso a temperatura ambiente es adecuado, mientras que el uso de recipientes congelados resulta un problema.
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El restaurante ha aprovechado para educar a sus seguidores sobre la temperatura ideal para servir distintos tipos de cerveza. Según explican, las lager deben servirse entre 4 y 7 grados Celsius, las ale, como las IPA, entre 7 y 10 grados, y las cervezas más oscuras, entre 10 y 13 grados.
Tal y como indican desde el establecimiento, congelar el vaso enfría demasiado la bebida, adormeciendo sus aromas y sabores, además de perjudicar la formación de espuma. Por lo tanto, el resultado no es el mismo que si se sirve de lata.
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Las razones detrás de la crítica
La conversación no se ha limitado a este restaurante. El usuario de TikTok @cervecero_miguel, conocido por sus publicaciones especializadas sobre cerveza, también se ha unido al debate, reforzando la idea de que el uso de copas heladas es perjudicial para la experiencia cervecera.
En uno de sus vídeos, ha argumentado lo siguiente: “Si estás bebiendo cerveza en una jarra congelada, déjame decirte que no tienes ni idea”.
Estas son las tres razones por las cuales desaconseja el uso de recipientes helados:
Agua diluida en la cerveza
Congelar el vaso puede provocar que se forme una capa de hielo en la superficie. Cuando esta se derrite, el agua diluida cambia la textura y el sabor de la bebida. “Lo único que consigues es convertir tu cerveza en algo insípido”, apunta.
Pérdida de matices
El frío extremo afecta negativamente a las propiedades de la cerveza, como su aroma, sabor y textura. Esto significa que los matices que distinguen una cerveza artesanal de calidad de una industrial genérica se ven eclipsados por el exceso de frío.
Problemas con la espuma y la carbonatación
Las superficies congeladas interfieren con la carbonatación de la cerveza, provocando una espuma excesiva al principio que puede parecer atractiva, pero que en realidad acelera la pérdida de gas, dejando la bebida plana en poco tiempo.
La temperatura, un factor clave
A menudo, los amantes de la cerveza tienden a priorizar que esta se sirva muy fría, sobre todo en épocas de calor. Sin embargo, como explican los expertos, no todas las cervezas deben servirse a la misma temperatura.
Las lager, más ligeras y refrescantes, funcionan bien a temperaturas bajas, de entre 4 y 7 grados, ideales para el verano. Por otro lado, las ales y cervezas más complejas, como las IPA, necesitan temperaturas ligeramente más cálidas para que sus sabores y aromas puedan apreciarse plenamente.
Finalmente, las cervezas oscuras, como las stouts o porters, desarrollan sus matices más profundos cuando se sirven entre 10 y 13 grados.
El error común de congelar vasos y jarras parte del deseo de ofrecer una experiencia más “refrescante”. Sin embargo, como demuestran las opiniones de especialistas, este hábito tiene consecuencias negativas que afectan directamente a la calidad de la cerveza.
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¿Por qué seguimos usando jarras congeladas?
La práctica de servir cerveza en recipientes helados se ha popularizado, en parte, por la percepción de que “más frío es mejor”. También está influenciada por estrategias de marketing que asocian bebidas heladas con placer y frescura.
No obstante, esta costumbre parece estar más arraigada en el imaginario colectivo que en una base científica o gastronómica sólida.
Los cerveceros expertos abogan por priorizar la calidad de la bebida sobre el impacto visual o la sensación inicial de frío extremo. “Si no te gusta el sabor de la cerveza tal como es, tal vez deberías considerar otra bebida”, bromean algunos en TikTok, dejando claro que la cerveza está diseñada para ser disfrutada en su estado óptimo, no como un refresco congelado.
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Propiedades de la cerveza
La cerveza es una bebida fermentada elaborada a base de agua, malta, lúpulo y levadura. A lo largo de los años, se ha asociado con diversas propiedades y beneficios cuando se consume con moderación.
Propiedades nutritivas
La cerveza contiene vitaminas del grupo B, especialmente B1, B2, B6 y ácido fólico. También aporta minerales como el potasio, magnesio y silicio, que contribuyen a la salud ósea.
Efectos antioxidantes
Gracias al lúpulo y los compuestos fenólicos presentes, la cerveza posee propiedades antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres y pueden contribuir al envejecimiento saludable.
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Hidratación y diurético natural
Su alto contenido de agua (aproximadamente 90%) la hace una opción para rehidratarse, aunque su efecto diurético puede variar según la cantidad consumida.
Potenciales beneficios cardiovasculares
Algunos estudios sugieren que el consumo moderado de cerveza puede mejorar la circulación sanguínea y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares gracias a sus polifenoles.
Propiedades relajantes
Los compuestos del lúpulo tienen un efecto relajante suave, promoviendo la calma y reduciendo el estrés.
Sin embargo, hay que recordar que estos beneficios se asocian con un consumo moderado. Un exceso puede ocasionar efectos negativos en la salud, como daño hepático o aumento de peso.
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