Las mejores recomendaciones de novelas y series negras para este mes
Hoy en nuestra newsletter ‘La Carta Noir’, lo último de Pérez-Reverte, Alexandre Escrivá, Ramiro Pinilla, una entrevista con Javier Otaola y mucho más
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J. Infante, J. M. Barasorda y O. B. de Otálora
Martes, 26 de septiembre 2023
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Esta ‘Carta Noir’ del mes de septiembre viene cargada con recomendaciones de alto voltaje. Desde la última novela de Javier Otaola, que tiene lugar en la supuestamente tranquila Vitoria, hasta ‘El hombre de la guerra’, de Ramiro Pinilla, una obra postuma pero que merece ocupar un espacio al lado de los clásicos de este creador vasco. Pero también vamos a mencionar el ‘noir finlandés’ y una película que nos ha encantado, ‘Misterio en Venecia’, la tercera entrega del homenaje de Kenneth Branagh a Agatha Christie. Pero en nuestra newsletter mensual tenemos algunas sorpresas más.
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‘El problema final’ no tiene claroscuros. O se la ama se la odia. Para el lector de Sherlock Holmes – Doyle escribió otros géneros, con gran acierto añadiría yo – hay en este novela un regusto de reconocimiento de una literatura que ofreció horas de placer. Este homenaje -que no pastiche-de Pérez-Reverte nos conduce, en el planteamiento y resolución del enigma o en los diálogos, a aquellos textos, a otro tiempo y a viejas lecturas . Las acertadas referencias del autor al cine de la época dorada de Hollywood -el actor que protagoniza la novela evoca a Basil Rathbone y, a través de él, al detective consultor- son tratadas con pulcritud y erudición para condimentar el producto con la nostalgia de las peliculas que nos ofrecieron la imagen del detective de Baker street y sus aventuras.
El lector de la novela enigma -como quien escribe estas líneas- disfruta de la novela como un recuerdo de la literatura policiaca de otra época (y también hacia la novela de quiosco, a través de uno de los personajes). El autor conoce el cánon no escrito en aquellas novelas: buscaban entretener. Este es el objetivo de ‘El problema final’, entretener, y a fe que, para quienes entren en el juego, lo consigue.
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Nos encontramos ante un joven valenciano (27 años), músico de profesión y con su primera novela. Sorprende la madurez literaria y su capacidad de construir una trama criminal clásica de asesino en serie con gran solvencia.
La novela transcurre en San Francisco (EE UU), donde la teniente Watson recupera al policía William Parker, retirado tras un episodio traumático, convencida que es la persona idónea para resolver el caso de una joven que aparece decapitada. La investigación se cruza con un periodista valenciano, instalado en San Francisco, que aunque trabaja de camarero sus pesquisas le acercaran a Parker. Con ritmo de thriller, en una ciudad muy propicia para el género negro, la investigación lleva al lector a involucrarse con ganas en su resolución. Como originalidad narrativa, las voces de Parker y el periodista valenciano son ambas en primera persona y funcionan bien.
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Hemos celebrado el centenario del nacimiento de Ramiro Pinilla con un excelente regalo. La edición de una novela póstuma encontrada en el gallinero de ‘Walden’, la casa del autor en Getxo. La trama transcurre en 1972 y está escrita en la misma época. La novela es magnífica y es una muestra destacada del mejor Pinilla.
Tenemos misterio e intriga, con un protagonista, el hombre de la guerra, escritor de novelas policiacas que vuelve a su casa desde Inglaterra 36 años después. Pero además de la trama policiaca, nos encontramos con el universo recurrente de Ramiro: el sentido de la vida, sus orígenes, la relación con su tierra y su gente, con una idea central, que las guerras nunca acaban.
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El noir finlandés tienen en Antti Toumainen una de sus expresiones más singulares. Como sucede en esa escuela que es la novela negra nórdica, el paisaje y las temperaturas bajo cero con un personaje que ayuda a definir las tramas. Son esos libros que piden leerse con guantes y bufanda.
La trama desborda originalidad. Un meteorito cae en el pueblo más apartado de Finlandia y una especie de cuerpo de voluntarios tiene que protegerlo mientras llegan de la capital para llevarse la roca estelar. En la guardia del pastor luterano del pueblo, alguien intenta robarlo… pero el sacerdote tiene un misterio mayor entre manos. Su mujer está embarazada y él no es el padre. Además, es un veterano de Afganistán con una buena colección de traumas. Si el lector busca historias distintas y con una garantía de lectura adictiva, En un confín del mundo es una buena recomendación.
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Javier Otaola (Bilbao,1956) vuelve con un nuevo caso de la (ahora) comisaria Zorione Olaizola (Felicidad en sus primeras novelas). Esta investigadora comienza a indagar en la violenta muerte de Rafael Barranco, exlegionario, expolicía municipal y empresario con lucrativos negocios, más o menos legales, y líder de una peculiar «capilla satánica» junto al rincón más religioso de la ciudad de Vitoria-Gasteiz. Sexo, religión, amor y pasiónes y un retrato del perfil más íntimo de la comisaria, no solo en las relaciones con su pareja June sino en sus deseos de ser madre.
La novela se desarrolla como un procedural de impecable factura, en la investigación y en los interrogatorios, pero el autor también sabe construir en paralelo una narración con un elenco de sospechosos, testigos y compañeros de trabajo para recordarnos que «estamos llenos de secretos y pasiones que van del egoísmo y la soberbia más diabólicos hasta las expresiones más generosas de la compasión».
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Entrevista | Javier Otaola
Javier Otaola fue uno de los escritores pioneros a la hora de colocar a un ertzaina en el centro de una trama negra y en conseguir que Vitoria fuese en el escenario del crimen literario. En la novela ‘La comisaria Olaizola y el caso del perro blanco’, subtitulada ‘Muerte en Armentia’, es de nuevo la capital alavesa el paisaje de un crimen complejo, cometido en un ambiente diabólico.
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Felicidad Olaizola fue pionera de otras inspectoras creadas por escritoras y escritores de la novela negra en las últimas décadas. ¿Qué supuso para Javier Otaola la creación de su personaje?
Felicidad Olaizola ha supuesto el descubrimiento de los gozos y las sombras de la creación y el desarrollo de una mirada literaria propia: compasión por la condición humana y curiosidad por los laberintos en los que tantas veces nos perdemos: amor, odio, crimen, misterio, soledad, soberbia. Disfruté del poder de las palabras y escogí un personaje femenino, porque la mujer hoy me parece más literaria que el varón. Y la escogí lesbiana porque así tenía algo «muy» en común con ella: sobre todo nos gustan las mujeres.
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Tras ‘Brocheta de carne’ (2003) y ‘As de espadas’ (2012) te tomas un respiro para escribir sobre cristianismo, masonería… ¿sientes haber dejado un poco abandonado a tu personaje?
Nunca la he abandonado en realidad, Felicidad siempre viene conmigo y aunque yo no esté escribiendo o no publique sus peripecias tenemos largas conversaciones; su vida está llena de situaciones interesante, dudas, ensoñaciones que me interesan y aunque a Zorione no le interesan mucho mis aficiones metafísicas tiene curiosidad y sabe escuchar. Algún día publicaré mis ‘Conversaciones con Felicidad Olaizola’.
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Los lectores tienen a su disposición novedades noir cada semana: thriller, domestic noir, procedural… ¿que lee Javier entre todo lo que se publica?
Tengo que reconocer que no soy amigo de las novedades —con algunas excepciones—, ¡hay tanto que leer entre los clásicos! Mi favorito es Georges Simenon, del que no he terminado de leer la edición de sus obras publicadas por la Bibliothèque de la Pléiade en dos volúmenes en papel biblia, publicados en 2003 pero además me gusta todo lo de Andrea Camilleri, David Goodis, Margaret Ellis Millar, Raymond Chandler, Vázquez Montalban, Juan Madrid… y sigo a autores vascos, como a nuestro añorado José Javier Abásolo, a Juan Infante o a Roberto Santiago con su premiada ‘La Rebelión de los buenos’; me gustó mucho, de Xabier Gutiérrez ‘El aroma del crimen’, ambientada en Donosti y protagonizada por Vicente Parra, inspector de la Ertzaintza.
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En 2023 Felicidad es comisaria, mantiene una relación estable y decide ser madre. Se abre un camino a una nueva etapa. ¿Cuáles son los proyectos de Javier Otaola para el futuro?
Felicidad y yo tenemos proyectos: con motivo de su maternidad se va a tomar una excedencia de dos años para disfrutar de su hija y de su relación con June; se moverá por la vida como una mujer libre, sin el poder de ser comisaria de la Ertzaintza, y se verá involucrada en algún asunto criminal que le complicará la vida… a ella y a los que ella ama.
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Muerte en Armentia habla de secretos y de pasiones, de religión, sexo y lesbianismo. ¿Es el género negro un vehículo para hablar de tus temas preferidos más allá de proporcionar placer a sus lectores?
En mi caso, la Literatura no es sólo un divertimento, es además una forma de pensamiento. Es inevitable que en mis novelas surjan los temas que más me interesan de manera personal: la pasión sexual, o la libido; Eros, sus zozobras y sus sublimaciones. Y luego, los grandes relatos de sentido, en los que los seres humanos nos cobijamos de las inclemencias de la existencia, me interesa y me asombra la pluralidad y complejidad del ‘homo sapiens’ que somos: sus extrañas decisiones, su coraje y sus grandes gestos de entrega y generosidad; también su crueldad, su egoísmo y los fuegos de su envidia, y siempre los efectos sanadores de la amistad, la buena conversación, el viaje a nuestro silencio interior, el conocimiento… y la lectura de novelas policíacas.
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La tercera película dirigida por Kenneth Branagh basada en las obras de Agatha Christie ofrece a los incondicionales del ‘whodunit’ una propuesta creativa que toma del original (Las manzanas/Halloween party) únicamente lo esencial para brindar un Poirot (el propio Branagh) crepuscular en compañía de la escritora Ariadne Oliver (Tina Fey, fantástica). Se trata del alter ego de sí misma creado por doña Agatha, pero esta vez mucha más cínica y divertida que sus antecesoras.
La combinación del retrato en gris de un Poirot oxidado con la critica del fraude de las escenificaciones espiritistas de la Inglaterra victoriana, el misterio sobrenatural en clave de terror y unos toques de comedia, además de las consabidas sorpresas del guión, construye una adaptación que tomando apenas elementos del original convierten al espectador en participante de un juego. Añadan un clima siniestro en un decadente palazzo veneciano junto con un crimen aterrador y sin solución y podrán disfrutar del Poirot errado y triunfante que no se esperaban, mucho más enigmático que en sus anteriores entregas.
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Hace casi 10 años las primeras temporadas de Justified nos sirvieron para conocer el Kentucky más noir en compañía del agente judicial –antes Marshall en Miami- Raylan Givens (fantástica interpretación de Timothy Olyphant). Ahora, en la Ciudad Salvaje que es Detroit vuelve el mismo Givens quince años más viejo pero demostrando, otra vez, que su creador Elmore Leonard, escritor de westerns en sus primeros años, el Dickens de Detroit, fue el mejor escritor de diálogos del noir americano. Basada en un relato corto (‘Fire in the Hole’) es sin duda la mejor adaptación posible de la obra de Leonard.
Ciudad Salvaje no es sólo una gran serie de diálogos. Bajo las anchas alas del Stetson transcurre un neo-western poderoso, implacable en su denuncia de la corrupción política y judicial y también letal. La muerte se prodiga en el metraje pero para el espectador es solo un elemento de una coreografía en la que guión, dirección, música e interpretación son el mejor homenaje posible a la inolvidable obra de Elmore Leonard. A disfrutar.
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Hay un nombre que define la calidad de esta serie: Dennis Lehane. Este consagrado autor noir y guionista de series ya de culto como ‘The Wire’ o ‘Broadwalk Empire’ ha guionizado en ‘Encerrado con el diablo’ lo más parecido a una obra maestra. Lehane es uno de esos escritores que sabe encontrar el mito más elemental y convertirlo en palabras e imágenes -como ya lo hizo, por ejemplo en ‘Mystic River’ o ‘Shutter Island’- y en esta obra lo ha vuelto a hacer.
‘Encerrado con el diablo’ es una obra carcelaria, en la que un traficante de drogas preso debe aceptar compartir prisión con un psicópata asesino de niños para arrancarle un secreto y conseguir salir de la cárcel. La sinopsis ya es atractiva pero no alcanza a resumir la cantidad de giros y misterios que van a ir apareciendo durante el visionado. Además, el actor que interpreta al asesino es Paul Walter Hauser. Ya protagonizó ‘Richard Jewell’, de Clint Eastwood, y también ‘Yo, Tonya’. Es un genio creando personajes en los que la línea entre la ingenuidad y la maldad no existe.
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Homenaje
Este mes es apropiado para mencionar a uno de los post-clásicos del género. En esta entrega recordamos que el 17 de septiembre de 1932 nacía en Springfield, Massachusetts, Robert B. Parker. Este autor fue uno de los herederos de clásicos como Hammet, Chandler o McDonald. Falleció en 2010 dejando atrás una interminable lista de muy buenas historias.
De su pluma nació el detective Spenser, ese bostoniano expolicía y exboxeador que sería llevado a la televisión por Robert Urich en los 80. Parker fue un clásico desde sus orígenes, en el sentido de respetar el canon y moverse a sus anchas en los códigos que habían creado sus antecesores. La mayor demostración de esta última frase es que fue el elegido para ponerle fin a Poodle Springs, una novela de Philip Marlowe que Raymond Chandler dejó sin terminar. Era uno de esos autores que destacó antes de que los asesinos en serie devorarsen el escenario negro.
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