Fantasmas franquistas sevillanos y un ‘whodunit’ gallego
En nuestra newsletter de novela negra recomendamos algunos éxitos italianos, pero también viejas historias de espías y un podcast que es una lección magistral sobre el género
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Juan Infante, Juan Mari Barasorda y Óscar B. de Otálora
Lunes, 27 de marzo 2023
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En la edición de marzo de nuestra carta traemos un menú muy casero pero también muy internacional. Arantza Portabales, a quien entrevistamos, ha publicado ‘El hombre que mató a Antía Morgade’, un ‘whodunit’ gallego con sabor a clásico. Pero también destacamos, entre un par de genios italianos como Carlotto o Mazini, a Juan Ramón Biedma y su fascinante ‘Crisanta’, una novela que se desarrolla en la Sevilla de 1936 y que es oscura, densa y muchas veces, terrorífica. Y para los muy cafeteros proponemos un ‘podcast’ que revisa la historia del género titulado ‘Ética y estética del noir’, y que ha sido realizado por ese maestro llamado Jesús Lens.
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Aunque Massimo Carlotto no es muy conocido en España, es un autor consagrado, con una novelas magníficas traducidas al castellano. ‘Otro invierno llegará’ acaba de publicarse. La novela transcurre en un pueblo italiano sin nombre, con una trama clásica y unos protagonistas turbios con mucho que esconder. Una mujer guapa, perteneciente a una familia de postín, sufre una persecución tal que teme por su vida. Pide auxilio y parece que es lo peor que podía hacer.
Estamos ante una historia de enigmas, chantajes y corrupciones, relatada con una prosa sencilla, precisa y fácil de leer. Nos gusta mucho Carlotto. Salvando las distancias, recuerda a Jim Thompson y con eso está todo dicho.
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Con Manzini, el lector siempre se lo pasa bien. Su protagonista, el policía Rocco Shiavone, es un hombre peculiar que no hace ascos a saltarse la ley si es por una buena causa. Además es italiano. El lector empatIza con él enseguida y consigue que se ponga de su lado con facilidad. Es duro, pero es justo y además… es divertido.
En esta novela todo gira alrededor del juego, con sus adicciones, sus miserias, sus turbios negocios y sus mafiosos. Es decir, todos los ingredientes para que triunfe una novela negra. La trama transcurre, como casi todas las de Rocco Schiavone, en el italiano Valle de Aosta, muy cerca de los Alpes y de Suiza, lo que la hace más especial aún.
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Juan Ramón Biedma es uno de los grandes del ‘noir’ andaluz. Acaba de publicar ‘Crisanta’, una novela muy oscura que se desarrolla en la Sevilla de 1936, con la atmósfera de la desolación y el terror de los primeros días de la guerra civil española. Como otras obras de Biedma, hay que enfrentarla sabiendo que se inicia un viaje muy duro, con el tóque único y tremendamente original del autor.
En Crisanta aparecen robos de obras de arte, espiritistas, fantasmas, víctimas infantiles, pero también la tropa del golpista Queipo de Llano o el alcalde franquista Ramón de Carranza. La trama es casi hipnótica y depende del estado de ánimo, puede ser de esas lecturas que se está esperando a llegar a casa para continuar. Muy recomendable para todo aquel que quiera disfrutar de una novela negra que se sale de los cánones oficiales. Como dice Jesús Lens -del que hablaremos más tarde- Biedma es «el mejor Caravaggio de la literatura negra española contemporánea».
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Arantza Portabales, siempre sorprende. Tiene una capacidad pasmosa para generar unas tramas sólidas y entretenidas para el lector que quiere evadirse de sus preocupaciones unas buenas horas.
Seis amigos acuden a una cena de reencuentro después de veinte años sin verse y ahí empieza todo. Habrá que averiguar quién lo ha hecho, un whodunnit como los de antes, pero en Santiago de Compostela y en 2021.
La subinspectora Ana Barroso y el inspector Santiago Abad continúan siendo los protagonistas y nos arrastraran durante toda la trama con su personalidad y sus cristos, esta vez más intensos que los habituales. No lo duden; una novela de calidad y entretenida. Merece la pena.
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Entrevista Arantza Portabales
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Arantza Portabales (San Sebastián, 1973) se ha convertido en una de las voces cualificadas del género negro gallego. Es una autora que se reinventa en cada obra y que siempre sorprende al lector… y a sus personajes emblemáticos, los detectivos Abad y Barroso.
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Esta novela recueda a las clásicas del ‘whodunit’. ¿Hay alguna que te haya marcado de forma especial?
La novela tiene un claro homenaje a ‘Diez negritos’, de Agatha Christie y así figura desde las citas hasta en el título de los capítulos, pero me atrevería a decir que no es un retelling. Mas allá de eso, como ya hice en ‘Belleza roja’, no me canso de decir que, con independencia de los homenajes, al final me concentro en mi voz literaria, que tiene poco de clásica y mucho de contemporánea.
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¿Sabías desde el principio quién habia sido o tuviste que esperar hasta el final para decidirte?
Siempre lo sé. Uno no puede construir el castillo de naipes empezando por la cima, son las bases las que ayudan a crear una trama sólida. Pero también es cierto que si bien la trama, los personajes y sus motivaciones no cambian, sí que es verdad que todo lo que les rodea es un descubrimiento continuo a medida que la novela crece alrededor de esta trama predefinida.
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¿Tiene arreglo lo de Ana Barroso y Santiago Abad?
No todo en la vida tiene arreglo y no todo lo que transcurre por cánones poco convencionales está necesariamente estropeado. Abad y Barroso mantienen una tensión emocional desde el primer libro, con la que tienen que aprender a convivir y que en algún momento habrá que rebajar para no cansar al lector. Mientras, me sirven para reflexionar sobre las zonas grises de la naturaleza humana, para analizar los contrastes de los blancos y los negros y para desmitificar ese ideal de amor romántico que tanto daño nos ha hecho, por irreal y por ser, a pesar de su nombre, poco ideal.
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Recomienda una novela noir de las clásicas, que te haya gustado mucho o que haya influido en tu obra literaria.
Fíjate que voy con dos, que no sé si me influyeron pero sin duda me deslumbraron. ‘El asesino dentro de mí’, de Jim Thompson, por la brillantes de esa desnudez psicológica, y ‘El nombre de la rosa’, de Eco. Es una novela de detectives que es un compendio de filosofía, historia y policial, todo en uno.
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Los ‘Slow horses’ (los ‘caballos lentos’ que dan título a la serie) son los espías de la ‘casa de la ciénaga’, la decrepita oficina en Aldersgate Street donde el MI5 ha destinado a una de sus unidades. Bajo el mando del descuidado (de la higiene personal) y desagradable (en su trato con superiores y subordinados) Jackson Lamb (Gary Oldman) trabaja un equipo de espías caídos en desgracia por sus errores (River, Sid, Ho, Louisa, la señora Standish…). Mick Herron, creador de la saga novelística, no tiene compasión con el espionaje («Al final todos los espías bajan al pozo y se prostituyen sigilosamente, cada uno por la moneda que prefiera», escribe) pero sabe añadir una pátina de humor ingles casi en cada pasaje.
‘Slow Horses’ brinda en esta temporada la misma producción impecable, un guion que respeta la esencia de la mejor serie de espías de los últimos años y el duelo de dos grandes intérpretes: Oldman y Kristin Scott Thomas, esta última en el papel de Diana Taverner, la ‘segunda mesa’ del MI5. Una película de espías (el guion se basa en la novela ‘Leones Muertos’) llevada a la pantalla con el toque ‘british’ más refinado. La guerra fría, la city londinense, la amenaza de un atentado y un viaje a la campiña inglesa en busca de los espías durmientes (las ‘cigarras’) abandonados por la KGB tras la caída del Muro. La mejor serie de espías que puede verse en pantalla.
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Es imposible no acordarse de ‘Un pez llamado Wanda’ viendo ‘The Curse’, una comedia criminal sobre un robo absurdo e increíble (basado en hechos reales pero alejado del modelo ‘true crime’). Estamos en la década de los 80 en Londres. Un curioso, casi patibulario, grupo de amigos une sus maquinaciones -y su destino- a unos delincuentes de poca monta y menor inteligencia para perpetrar el mayor robo de lingotes de oro de la historia. Un tesoro cuyo destino es más incierto a medida que la película avanza hasta su desenlace.
Si a este magnífico elenco de personajes –también hay criminales de recibo y hasta algún policía tan limitado como nuestros protagonistas- unimos un guion de impecable factura y una música y ambientación que encaja a la perfección, amén de unos interpretes tan acertados como verosímiles como criminales de poca monta, no cabe duda que ‘The Curse’ se convierte en una de las mejores comedias negras del 2023.
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Dentro del mundo de los podcast se acaba de publicar ‘Ética y estética del noir’, un trabajo del periodista y organizador del ‘Granada noir’ Jesús Lens y dirigido por Clara Peñalver. Los distintos capítulos tratan los grandes temas que se encuentran en los pilares de la novela negra, desde los falsos culpables, la ‘femme fatale’ o el destino como algo inevitable que arrastra a los personajes. Pero ‘Ética y estética del noir’ es también un recorrido por la gastronomía, la música o el cine -además del western- que ha dado forma a lo que hoy calificamos como género negro.
Uno de los hallazgos de estas colección de episodios editados por ‘CaixaForum’ es que no está narrado desde el academicismo más gris y frío. Por el contrario, es una historia ágil, en la que las entrevistas se mezclan con las historias que cuentan dos personajes ficticios -una criminóloga y periodista de investigación-. Es una excelente forma de acercarse al noir o de revisar los cimientos del género.
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El 9 de marzo falleció Robert Blake, conocido en España por su papel en la serie ‘Baretta’. Quizás hoy en día esta serie no hubiera tenido apenas recorrido pero en la España de dos canales de televisión, este producto se convirtió en uno de los más vistos en la Transición. Tuvo la suerte de colarse en la lista de los detectives televisivos que arrasaron en aquellos días, desde Colombo a Kojak.
La vida de Blake, no obstante, tiene un lado noir bastante oscuro. En 2002 fue arrestado por el asesinato de su esposa. Sería absuelto, pese a que en el juicio salieron a relucir intentos de contratar a especialistas de Hollywood y a un guardaespaldas para encargarle el crimen de la mujer. Este jucio acabó con la carrera de Blake. Con anterioridad, casi como si fuera una premonición, había interpretado a un misterioso y retorcido hombre de negro en la siniestra ‘Carretera perdida’ de David Lynch.
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