«La ficción nos confiere poderes sobrenaturales con que crear una realidad»
La novelista y filóloga Clara Sánchez ingresa en la RAE para ocupar la silla X con un discurso sobre el tiempo y el espacio en la literatura
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La novelista y filóloga Clara Sánchez (Guadalajara, 68 años) ingresó este domingo en la Real Academia Española (RAE) para ocupar la silla X, vacante desde la muerte del poeta Francisco Brines. Con un discurso dedicado al tiempo y el espacio en la literatura y la vida, Sánchez hizo un elogio de la lectura y de la fascinación por la letra impresa. «¿Podría existir algo mejor que una cama y un libro?», se preguntó de manera retórica la escritora.
La candidatura de Sánchez venía avalada por tres académicas: Soledad Puértolas, Carme Riera y Paloma Díaz-Mas. Contando a la nueva incorporación, en el pleno de la RAE hay actualmente once mujeres, frente a 33 hombres.
La nueva académica tuvo un recuerdo para Brines, su antecesor en el sillón que ahora ocupa, fallecido el 20 de mayo de 2021. «Qué mayor gloria que marcharse de esta vida con la sabiduría y la serenidad que encontramos en sus versos y que tienen continuación en la fundación que lleva su nombre en su querida casa de Oliva», proclamó en su discurso, titulado ‘La máquina del tiempo».
Para Clara Sánchez, cuya obra está traducida a una veintena de idiomas y cuenta con un importante número de lectores en Italia, la verdadera libreta del escritor no consta de apuntes manuscritos. «En realidad, la libreta del escritor es su conciencia y su bagaje emocional, su memoria, porque la memoria es selectiva y todo lo que cae fuera de ella no vale por mucho que se apunte en un papel».
Han pasado muchos años desde que una adolescente llamada Clara Sánchez, de una timidez cerval, superara la angustiosa idea de gustar. Esa cría a quien aterrorizaba la mera idea de que la sacaran en clase a la pizarra, todavía se asombra de su dedicación a la literatura. «Lo que resulta paradójico y masoquista es que me haya dedicado a una labor cuyo fin último, por mucho que se enmascare, es gustar, seducir y enamorar con las palabras».
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En su alocución, Sánchez dijo adorar los viajes en el tiempo. Pero ningún artefacto, ningún ingenio por venir, ninguna sofisticada tecnología actual puede emular la capacidad de la literatura. «La ficción nos confiere poderes sobrenaturales con que crear una realidad a la que podemos recurrir una y otra vez, una y otra vez», aseguró la escritora, que dedicó especial atención a tres novelas: ‘La máquina del tiempo’, de H. G. Wells; ‘Micromegas’, de Voltaire, y ‘La invención de Morel’, de Bioy Casares.
Al releer la novela de Bioy Casares, se percató de que el argentino fue un visionario a su manera. «Me pareció que estaba profetizando la deshumanización del éxito en las redes sociales, en los medios de comunicación, la locura de no concebir una vida plena si no es a través de la permanente exhibición y del permanente éxito». Su breve ficción es iluminadora. «Perder el alma para ganar el amor entraña cierta poesía. Perder el alma para ganar la posteridad, la fama imperecedera, resulta monstruoso».
Antes de que las grandes compañías tecnológicas intentaran compensar las limitaciones de nuestros sentidos, mucho antes de que se inventara el metaverso, en tiempos de la Atenas clásica, un sabio ya había intuido la atracción irresistible que ejercerían las pantallas. «Mucho antes de que fuésemos capaces de representarnos en una pantalla, Platón hacia el año 380 a. C se planteó la naturaleza de lo real en su alegoría de la Caverna adivinando que miles de años después las paredes de la caverna serían las pantallas y las sombras allí proyectadas, nosotros».
La filóloga se siente muy honrada de ocupar la silla X en el plenario de la RAE, la letra que representa el enigma y de lo que está por resolver. «¿Qué sería de las ecuaciones sin la equis? ¿Qué sería de los rayos X y de Malcolm X y de la generación X y de todos los que desean añadirse cierto misterio? Representa el número desconocido. En la equis mayúscula se concentra todo un mundo por descubrir, que es el que nos hace soñar, imaginar y avanzar».
Sin necesidad de saber mucho de las teorías de Albert Einstein, somos conscientes de la relatividad del tiempo. Cervantes ya barruntó que el tiempo no es el mismo para todos. «Por eso don Quijote cree que ha permanecido en la Cueva de Montesinos tres días y tres noches, en cambio a Sancho y a su primo les parece una hora».
En su discurso de bienvenida a la Real Academia, Soledad Puértolas sostuvo que la novelista ha sido diestra en mostrar la complejidad y las contradicciones del mundo actual. «Clara Sánchez está atenta a los latidos de nuestro tiempo, a sus palabras, que se encuentran ligadas a espacios y tiempos concretos, a las vidas cotidianas de hoy, e impregnadas de los recuerdos y las huellas del pasado, unas palabras que, en ocasiones, están ensombrecidas por antiguas pesadumbres o nuevas frustraciones y en otras, a las que nos aferramos, en las que son iluminadas por los sueños y la potencia de los deseos».
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