La humanidad casi se extingue en el Pleistoceno: sólo quedaron 1.200 personas
Hace casi un millón de años, la historia de la humanidad estuvo en un momento crítico. Nuestros ancestros, que habían comenzado a colonizar diferentes partes del mundo, estaban dando sus primeros pasos erguidos y utilizando herramientas rudimentarias de piedra. En ese entonces, unos milenios antes de hace 930.000 años, la población humana era de aproximadamente 100.000 individuos, un número modesto si lo comparamos con la población actual, pero suficiente para su supervivencia en un entorno desafiante.
Este relato sería la recreación de lo que más o menos pudo haber pasado durante el Pleistoceno inferior, un periodo correspondiente a los inicios de los homínidos en el Paleolítico, según un estudio realizado por investigadores de China, Italia y EE UU, publicado en la prestigiosa revista Science, que trata de explicar qué sucedió realmente en esa difusa etapa en la historia de la humanidad, cuando se estima que se dio el penúltimo gran salto cognitivo de los homínidos primitivos.
Los investigadores creen que algunas de las razones detrás de esta drástica reducción de la población en el Pleistoceno inferior es porque fue un periodo caracterizado por cambios constantes, donde especies animales iban y venían en oleadas que atravesaban el mundo de este a oeste. Además, los cambios climáticos también generaron desafíos adicionales para la supervivencia de nuestros antepasados. Los expertos creen que aquel cuello demográfico incrementó la presión evolutiva sobre los pocos humanos restantes, y que favorecieron una serie de cambios como la fusión de dos cromosomas, un paso importante para asimilarse a nuestro genoma actual.
El ancestro común de los Homo Sapiens
El relato de los investigadores también llena agujeros en la historia, como el origen de una nueva especie que quizás pudo haber sido el Homo heidelbergensis, el que debido a que es el homínido más antiguo con mentalidad simbólica descubierta posiblemente sea antepasado común de los neandertales y los denisovanos, ya extintos, y los sapiens, la única especie humana en la actualidad. También explicaría por qué, todavía por motivos desconocidos, de esa época casi no se encuentran fósiles con pocas excepciones como los trozos de cráneo encontrados en Gombore (Etiopía) o los restos de Homo antecessor de Atapuerca, en Burgos.
Pero debido a la falta de restos físicos para analizar, los investigadores han hecho uso de la técnica FitCoal, que permite inferir lo que les ha sucedido a poblaciones ancestrales a partir de la secuenciación genómica de personas actuales, es decir, lee el ADN de individuos de hoy en día para entender qué pudo haberles pasado a sus ancestros. Por ello, los investigadores analizaron las secuencias genómicas de 3.154 personas de todo el mundo y descubrieron el cuello de botella que redujo la población global a 1.280 humanos.
Los autores de la investigación también creen que esas circunstancias favorecieron a la endogamia, y por ello todavía habría consecuencias hoy en día, como la pérdida de aparentemente el 65 % de la diversidad genética de la humanidad hasta ese entonces.
La población humana gradualmente comenzó a recuperarse después de este largo periodo de declive. Hace aproximadamente 800.000 años, los números comenzaron a aumentar nuevamente, alcanzando alrededor de 30.000 individuos. Esta recuperación marcó un punto de inflexión en la historia de la humanidad, cuando la especie comenzó a expandirse y evolucionar de manera más sostenida. Esta investigación arroja luz sobre la tenacidad de nuestros antiguos ancestros y su capacidad para enfrentar desafíos extremos en un mundo en constante cambio. A medida que los seres humanos continuaron evolucionando, adaptándose y superando obstáculos, forjaron el camino hacia la especie que somos hoy en día.